En la
Nochebuena de 1914 en el frente occidental durante la primera guerra mundial
ocurrío un cuento de navidad.
Tras la
carnicería de la batalla del Marne, se dio la “guerra de las trincheras”, en el
frente de Flandes, en Bélgica. Alemanes a un lado, escoceses, ingleses y
franceses al otro y en el medio……tierra de nadie.
El Papa
Benedicto XV solicitó una tregua de Navidad que fue rechazada por los altos
mandos de ambos lados.
Y llegó la
Nochebuena.
En la trinchera
alemana comenzaron a aparecer luces, velas y árboles de navidad enviadas por el
Kaiser para subir la moral de las tropas y que colgaban ahora de las bayonetas,
carteles a ambos lados con mensajes de “Feliz
Navidad”. Súbitamente desde el lado alemán alguien entonó “noche de paz, noche
de amor” y dicen que el cantante salió de la trinchera acompañado de otro
camarada que tocaba la armónica……..nadie disparó.
Un gaitero
escoces siguió la melodía desde el otro lado, y después ambos cantaron el “The
First Noel”. Se cuenta que el alemán avanzó con un árbol de navidad entre
los brazos en dirección a la trinchera inglesa y el escoces salió a recibirle,
simplemente………se abrazaron.
Y
entonces sucedió, los oficiales de ambos lados pisaron la tierra de nadie
seguidos por los soldados y cuando ambos bandos se encontraron, no se mataron,
no se masacraron, solo se saludaban y abrazaban, se deseaban ¡¡Feliz Navidad!!,
se enseñaron fotos de sus familias y cartas de sus novias, de sus esposas,…..de
sus madres, cambiaron chocolatinas, raciones de comida, algún que otro trago de
whiskie, compartieron cigarrillos………celebraron
la navidad.
A lo largo de toda la noche y en la mañana del 25,
había casi veinte destacamentos a lo largo de unos cincuenta kilómetros de
frente que habían hecho lo mismo: salir de las trincheras y celebrar la
Navidad con el “enemigo”.
Alguien puso en juego un balón y hubo (como no) un
partido de futbol.
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IMAGEN TOMADA DE LA RED |
Los altos mandos temerosos decidieron que la
fraternidad era peligrosa para la guerra.
Reorganizaron los frentes y trasladaron a los
destacamentos. Se censuraron cartas, fotografías y periódicos, para que nadie
supiera de este misterio ocurrido, para
asegurarse de que algo así no volviera a suceder.
Los de siempre no quisieron que el cuento terminase
bien.
Un superviviente, testigo de los hechos afirmó ya
anciano: “Si la tregua se hubiera prolongada otra semana, habría sido muy difícil
reiniciar la guerra”. Otro soldado inglés que no sobrevivió al conflicto
escribió a su familia “Todo ocurrió espontáneamente, de forma muy
misteriosa. Un espíritu más fuerte que el de la guerra venció aquella noche”.
Imaginaos que mañana se declara la guerra mas
monstruosa que se pueda imaginar y………
NO VA NADIE.
La esperanza es esa cosa con plumas que se posa en
el alma y canta……….y canta.
Emily Dickinson
HACEDME EL FAVOR DE SER FELICES KARRAS.