Llevo la friolera de 53 años trabajando en este lugar.
Mantengo
cada tumba sin una brizna de hierba, cada lápida brillante como el primer día
que la pusieron, cada nube adornando el paisaje de las cruces y los ángeles.
Paso el día silbando mientras realizo mi oficio y algunos en
graciosa paradoja ya me llaman el alma viva del cementerio.
Dicen que he perdido la cabeza porque canto y río en un sitio
así.
Soy el
sepulturero loco que ríe, pero nadie
sabe que hay ocasiones en las que también lloro a solas.
Hoy han
traído a Miguel que ha sido por fin derrotado por la dama oscura. Miguel, ha
estado luchando contra una dolorosa artrosis degenerativa y contra un cáncer de
pulmón adquirido por aquella costumbre juvenil de fumarse dos cajillas diarias.
Esto no le impidió domingo tras domingo vestirse con aquella nariz grande, roja
y redonda y visitar cada uno de todos los hospitales de la comunidad
arrancando sonrisas a muchos de los angelitos que no pueden abandonar sus
habitaciones. Siempre sacaba fuerzas, nada detenía su decisión de componer
música con aquellas adorables carcajadas.
Hoy han traído a Miguel y han cortado mi loca
risa.
Hoy es uno
de esos días de lloros porque entierro a un niño de 83 años mientras………viejos
de 25 deambulan repletos de alcohol y drogas poniendo en peligro vidas ajenas
con sus peligrosos actos y sin un motivo para vivir la propia.
Soy el
sepulturero loco que ríe, pero nadie
sabe que hay ocasiones en las que
también lloro a solas.
HACDME EL
FAVOR DE SER FELICES KARRAS.
Muy profundo y duro, pero es la vida misma. Siempre se van los mejores teniendo mucho que hacer aun
ResponderEliminarUn abrazo
Eres todo sentimiento e ingenio ¡Qué bien trasmites ambos!
ResponderEliminar¡Genial y emotivo!
Un abrazo
André
Genial y emocionante, es cierto hay niños con esa edad, y mayores de menos años, una triste realidad.
ResponderEliminarMe ha encantado leerte Karras.
Un fuerte abrazo.
Has puesto sentimiento en tu relato, me ha encantado la forma tan sencilla de hablar de ese viejo niño llamado Miguel.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me emocionastes con este relato. Tus palabras corresponden a la vida misma. Mayores que son niños y niños que son ya como ancianos de tanta droga y bebida que se meten en el cuerpo.
ResponderEliminarBellas las fotos Karras
Un placer venir a tu casa
Un beso
Isa
Precioso tu relato, realmente entrañable, mi querido amigo Karras, un placer venir a tu rincón.
ResponderEliminarUn beso.
Tremendo relato! Cuánta verdad hay en estas líneas, tantos jóvenes que se hacen viejos y cuántos adultos que siguen siendo niños en su corazón. Me llegó al alma tu relato!
ResponderEliminarUn beso enorme.
Hola mago, de nuevo nos dejas un relato que nos toca bien el corazón, un relato tan real como la vida misma, siempre se van los que mas falta hacen y se quedan pues eso, los que no aportan nada o no hacen otra cosa mas que daño como bien dices en tu relato. cuantos Migueles anónimos existen en este mundo que delante de todos están con la sonrisa y haciendo bien a los demás, pero que cuando ya no los ve nadie al quitarse el maquillaje corren las lagrimas por sus mejillas, niños mayores como bien dices a los que tenemos que agradecer mucho, en cambio a esos viejos de 25, si supieran lo que les espera con esas tonterías por querer aparentar ser mayores...
ResponderEliminarMagnificas las imágenes lo mismo que el tema que has puesto, me gusta:), voy a ver si me pongo la naricilla roja:)
Montón de besotes!!
Bueno pues creo que es un relato que relata muy bien la vida de esas dos diferentes formas de vida. Por un lado ese sepulturero a quien a pesar de sus risas y su canto debe estremecerse cada vez que llevan a alguien nuevo a su lugar de trabajo.
ResponderEliminarPor otro lado ese hombre, Miguel, que siempre intentaba hacer felices a los demás y que al final murió como lo que era, un niño grande.
Un bonito relato torpedo, digno de un campeón ejjeje
A ver si nos vemos este finde, vamos hablando.
unos abrazotesssssssssss de osoooooooo
Un abrazo para ese sepulturero, para ese momento en que, hoy, tendrá que llorar a solas.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un beso kilométrico, Karras
¡Hola Karras!!!
ResponderEliminarQue lindo relato y triste a la vez pero muy bien plasmado y que bien puede ser realidad, sepulturero del alma que silba canta y ríe en su trabajo, pero que también llora porque tiene un corazón grande y su sensibilidad... ¡Y claro está que cuando le toca de irse a un niño grande y de grandes virtudes de esos que disfrutan alegrando la vida a los demás! Claro está que una lagrima asome a su mejilla surque el camino hasta mojar sus zapatos. Un abrazo por esas lágrimas. Es verdad que hay jóvenes que parecen viejos y no sé siquiera si llegarán a donde llegó Miguel. Te dejo mi felicitación, mi gratitud y mi estima.
Un abrazo y se muy muy feliz.
Ha sido un inmenso placer
¡Hola Karras!!!
ResponderEliminarQue lindo relato y triste a la vez pero muy bien plasmado y que bien puede ser realidad, sepulturero del alma que silba canta y ríe en su trabajo, pero que también llora porque tiene un corazón grande y su sensibilidad... ¡Y claro está que cuando le toca de irse a un niño grande y de grandes virtudes de esos que disfrutan alegrando la vida a los demás! Claro está que una lagrima asome a su mejilla surque el camino hasta mojar sus zapatos. Un abrazo por esas lágrimas. Es verdad que hay jóvenes que parecen viejos y no sé siquiera si llegarán a donde llegó Miguel. Te dejo mi felicitación, mi gratitud y mi estima.
Un abrazo y se muy muy feliz.
Ha sido un inmenso placer
Ese ángel al lado del ciprés, entre nubes brumosas, retrata muy bien a ese sepulturero, que entierra pacientemente los cuerpos, pero que también ve las almas...Rie y a veces llora en silencio, él está entre la vida y la muerte y sabe valorar la entrega y generosidad, quizá lo único que nos llevaremos a la otra vida...Benditos esos ángeles sepultureros, que nos muestran a tantos Migueles anónimos, que van dejando un rastro de luz y buen hacer...Ese remolino con cara de payaso es una gozada, resume muy bien la vida de Miguel, que se escapa poco a poco en el viento hacia el cielo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande por tu creatividad e inspiración, Karras.
M.Jesús
Te juro que no era mi intención llorar, pero no he podido remediar el hacerlo.
ResponderEliminarA veces pienso, que el cementerio del pueblo será mi segunda casa y no me emociono por eso, ha sido tu corazón que hoy lo has destapado para que todos pudiéramos verlo.
Llevo yendo, durante años, todas las semanas, en el verano casi iba todos los días, lo conozco tan bien que, cuando entro, me creo que todos me conocen ¡hasta que esperan mi llegada! allí no se ve a nadie, abro el candado y entro en el silencio, sólo unas cuantas cigüeñas que están en lo alto de la torre de la iglesia, se las oye crotorar.
Ellas y yo sabemos la quietud y la paz que se respira allí dentro.
Almas como la de Miguel, no tendrían que perecer nunca, yo sé que se la ve volar hacia el cielo, allí le esperan con los brazos abiertos.
Hoy quiero dejarte un abrazo muy especial.
kasioles
Hoy me diste un pellizco en el corazón, qué poco sabes de aquellos que vemos casi a diario y sin embargo son puro sentimiento. Te felicito amigo, tus letras hoy también lloran a solas.
ResponderEliminarUn beso
Hola Karra ,esta mañana ... Lei tu entrada , y me a llegado al alma es muy emotivo lo que dices , la verdad es que algunas veces la vida es un poquito injusta , este gran amigo que siempre trato de alegrar las vidas de los más desfaborecidos y él mientras luchando contra una gran enfermedad , dios vendiga a estas personas que son tan generosas por el progimo .
ResponderEliminarMe a gustado muchos tus fotos , como tú entrada eres todo un corazón amigo mio , besos de Flor.
No tengo mucho que decir, pero sí ofrecerte mi ABRAZO. Puedo llorar contigo en la distancia, tal vez, todos lo hayamos hecho. Bonito homenaje a un alama de niño que jamás abandonará el universo, quitarse el traje es tan sólo un acto de valentía. Gracias Karras, por tanto amor que regalas.
ResponderEliminarUn beso grande.
Hay muchas formas de entender la muerte y creo que la más sabia es ser conscientes de que forma parte de la vida.Me encantó este sepulturero algo loco según los demás pero que a mi me pareció el tipo mas cuerdo del mundo.
ResponderEliminarAbrazos Karras y buen fin de semana.
Hay muchas formas de entender la muerte y creo que la más sabia es ser conscientes de que forma parte de la vida.Me encantó este sepulturero algo loco según los demás pero que a mi me pareció el tipo mas cuerdo del mundo.
ResponderEliminarAbrazos Karras y buen fin de semana.
Debemos sepultar tantas cosas estando aparentemente vivos... SI lo hacemos con alegría la vida será música.
ResponderEliminarUn Abrazo.
Gracias.
Hay cada momento en la vida y tú los expresas con marcada devoción y sabiduría.
ResponderEliminarGracias amigo por ser como eres.
Abrazos.
PD. He constatado que mis nuevas entradas no se actualizan en vuestros blogs. Problema de bloger.
¡¡¡Pero qué bonito amigo mago!!!
ResponderEliminarLa vida la hacemos hermosa sus habitantes, no el lugar donde vivimos o trabajamos si lo hacemos con amor, y por supuesto no es cuestión de años, la vida sonríe siempre que nosotros queramos ver la hermosura de esa vida, con sus hechos menos agradables, aun así que… que la vida no nos borre la sonrisa aunque a veces lloremos.
Es el llanto otro sentimiento que no todos pueden realizar, al hacerlo se limpia el corazón y nuestros ojos, después del llanto nos sentimos liberados, y recordamos mejor a quien queremos y se alejaron de nuestro entorno pero no de nuestros corazones.
Se feliz amigo, donde trabajas, donde vives, y rodeado de seres de luz que ya viven en un mundo maravilloso que algún día visitaremos. Un abrazo.
¡¡¡Pero qué bonito amigo mago!!!
ResponderEliminarLa vida la hacemos hermosa sus habitantes, no el lugar donde vivimos o trabajamos si lo hacemos con amor, y por supuesto no es cuestión de años, la vida sonríe siempre que nosotros queramos ver la hermosura de esa vida, con sus hechos menos agradables, aun así que… que la vida no nos borre la sonrisa aunque a veces lloremos.
Es el llanto otro sentimiento que no todos pueden realizar, al hacerlo se limpia el corazón y nuestros ojos, después del llanto nos sentimos liberados, y recordamos mejor a quien queremos y se alejaron de nuestro entorno pero no de nuestros corazones.
Se feliz amigo, donde trabajas, donde vives, y rodeado de seres de luz que ya viven en un mundo maravilloso que algún día visitaremos. Un abrazo.
Huuuuffff, me has hecho llorar con tu entrada, no he podido evitarlo, desnudas el alma y afloran los sentimientos que te llenan y nos abres las puertas del alma.
ResponderEliminarNo importa el lugar donde se trabaje, lo que sí nos hace grandes como seres humanos es llevar el alma llena de amor y luz.
Un abrazo con cariño.
Ángeles.
Tu entrada de hoy me ha conmovido. Es triste y dura pero muy hermosa.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
QUEDÉ MUY TRISTE...!
ResponderEliminarABRAZOS
Hola Karras,pues ya me hiciste llorar!!.Sólo quien sabe de locura sabe de cordura y ese sepulturero si bien estaba loco,, era de Amor por la vida.
ResponderEliminarBeso grande:)
Toda una experiencia de vida la que narras con tanta maestría. Qué cierto lo que cuentas amigo. Jóvenes no son aquellos que se pasan la vida midiendo cada centímetro de su fuerza y estupidez, sino aquellos niños de taitantos que sonríen día y noche sólo por ver reír a los demás.
ResponderEliminarQué bello querido amigo...abrazos.
PUfffff sin palabras, que a veces el silencio es mucho más bonito e intenso.
ResponderEliminarAbrazote utópico, Irma.-
Muy duro, intenso y esperanzador, sí, esperanzador porque necesito agarrarme a todos los que quedan y realizan su trabajo con el alma alegre y cuando llegan a morar allí,paseará un magnifico sepulturero que sabe con cuanto amor llegan las visitas a mantener charlas, guardar silencio, derramar lágrimas, pedir consejo....
ResponderEliminarBesos mi querido Karras
tRamos
Sentimientos a flor de piel!
ResponderEliminarYa lo decía León Felipe "Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero"
Me ha conmovido.
Un inmenso abrazo.
Me has conmovido con tus palabras. Un cuento precioso, muy emotivo.
ResponderEliminarEsas personas son las que llenan de luz este mundo. También el sepulturero que ama su trabajo y canta y ríe, porque pone todo su corazón. Su llanto se hace nuestro.
El trabajo con las fotografías es excelente. Me impresiona la foto del ángel, dice mucho.
Un abrazote ;)