Dicen que para no tropezar es mejor no levantar la vista del camino, anclar los pies a la realidad.
Pero si solo haces eso.
Corres el riesgo de perderte la esencia de la vida, la misma luz que ilumina el accidentado camino, la oportunidad de aprender del error del tropiezo, la posibilidad de creer en tus sueños.
No experimentarás el poder de una sonrisa, ni tendrás en cuenta la felicidad de atreverse todos los días a decir "Te quiero".
Tus pies fueron hechos para realizar caminos, confía en su trabajo pues nadie mejor que ellos lo recorrerán correctamente.
Pero...........al mismo tiempo..........piensa en voz alta y deja que tu risa y tus ojos........
VUELEN.
HACEDME EL FAVOR DE SER FELICES KARRAS.