ESPERANDO EL MOMENTO

Cuando el ocaso se despereza, las llamadas realidades pasan a un segundo plano rindiendo la pleitesía debida al  llamado “Mundo Imaginario”. O eso creemos, porque cuesta creer como imaginario aquello que vuelve cuando la luz va perdiendo su poder.

Se dice que en estas horas previas a la oscuridad algunos habitantes de bosques y lagos se reúnen y cuentan leyendas sucedidas antes de que tuviésemos conciencia de la medida del tiempo.

             

Historias del pájaro de mil colores que tan solo canta en las noches de luna llena. Se dice que este canto,  es únicamente oído por los seres puros de corazón y por los enamorados.

Se cuenta, como las estrellas hicieron un conjuro y crearon un gato del color de la noche al que encargaron la recolecta de los sueños más hermosos. Estos eran archivados en la memoria del universo y se repartían entre los seres más afortunados de los planetas, aquellos que  eran capaces de utilizarlos para sembrar buenos deseos en cualquier rincón  conocido o no.

Se habla de la existencia de países cuyas fuentes realizan la función de hogar para cada uno de los colores conocidos.

Se dice que en el final del día suben los árboles a una conocida colina donde rezan a  Gaia implorando sus bendiciones en forma de alimento líquido.

Tambien se dice por ahí que hubo un tren encargado de recoger corazones limpios para llevarlos al cielo. Hoy aún se le puede ver desplazarse por raíles  de luz.

Se habla de mágicas puertas de luminiscentes que aparecen de repente entre los árboles y que conducen a países donde sus pobladores se desplazan surfeando sobre pétalos de flores, con alas de mariposa, libélula o emplumadas. Y que no necesitan comer ni beber ya que se alimentan de  sonrisas y alegrías que en forma de polvo dorado son a la vez regaladas a su paso. Estas puertas,  aparecen inesperadamente para todo aquel que se atreva a una nueva vida.

Todo eso se cuentan y más, pero nosotros los humanos seguimos sin querer dar crédito a lo evidente creyendo que solamente existe aquello que vemos y palpamos.

Quizás tengan razón y mi mente esté contándome historias que por deseadas parezcan reales. Quizás,  esta cámara compañera me obsequie con deseos en vez de imágenes.

Cada cual opine como quiera.

Lo cierto es que si esa  puerta vuelve a cruzarse en mi camino, si ese sueño más allá  de los sueños vuelve a mostrarse en el reflejo  de una pupila infantil en donde se mezclan fantasía y realidades……….

  HACEDME EL FAVOR DE SER FELICES      KARRAS.